Los sulfitos del vino son un conservante químico que se le añade a muchísimos alimentos y bebidas. Podemos encontrarlos con otro nombre como Sulfitos SO2 o las famosas E220, E228. En la industria del vino son un conservante ampliamente utilizado debido a sus propiedades antioxidantes y antibacterianas.
Se emplea para evitar oxidaciones en el vino y para controlar industrialmente los distintos procesos que ocurren desde que entra la uva en bodega hasta que se convierte en vino.
La sobreproducción y la realización de procesos enológicos diversos orientados a la obtención de un determinado perfil aromático, de color y sabor, obligan a su uso en este tipo de vinos.
De todas formas, si no se hace una sobreproducción y se opta por lograr un vino ecológico sin componentes químicos, entonces no hay que echar mano del sulfuroso. Un vino elaborado de esta manera y con una uva sana tendrá sus conservantes naturales, principalmente, el alcohol, los taninos y la acidez.
Las consecuencias de añadir sulfitos al vino es que altera la naturaleza del vino, a partir de ciertas cantidades ya es apreciable en su aroma y sabor.
El uso de este componente también puede acarrear consecuencias para los consumidores, pues pueden llegar a ocasionar reacciones adversas en asmático, dolor de cabeza, irritación gastrointestinal o incluso reacciones cutáneas.
Actualmente, existen regulaciones en cuanto a la adición de este componente químico, y los vinos se pueden clasificar según la cantidad que se le añade al vino:
Los límites legales de SO2 son relativamente altos, pero como reflexión deberíamos tener en cuenta que los vinos convencionales de alta calidad tienen entre 45 y 60 mg/l de SO2 total, que es muy por debajo a los límites legales que se encuentran entre 100-250 mg/l según el azúcar residual.
Es gracias a la tecnología que hace que la uva sea más sana y su vinificación no tan agresiva.
1.Vinos ecológicos (límites legales)
- Blancos y rosados (150 – 170 mg/l)
- Tintos (100 – 120 mg/l)
2.Vinos Biodinámicos (límites legales)
- Blancos y rosados y espumosos (140 – 180 mg/l)
- Tintos (100 – 140 mg/l)
3. Vinos naturales:
- Hay que tener en cuenta que el propio vino, a causa de la fermentación, genera sulfitos.
- En el etiquetado, según las normas europeas: si la cantidad de SO2 total es más de 10 mg/l. es obligatorio escribir en la etiqueta: “contiene sulfitos”. Niveles de alrededor de 20 mg/l de SO2 total normalmente no son añadidos y en este sentido está permitido escribir “contiene sulfitos no añadidos” (aunque muchos elaboradores de vino naturales no lo especifican).