El cava es un producto del que por normal general, el consumidor tiene poca información. Para ello vamos a realizar una clasificación del Cava sencilla y práctica. A esta exquisita bebida se le ha dado un trato poco justo, se le ha encasillando como una bebida de celebración. Pero la realidad es muy distinta. Como veremos tras la siguiente clasificación del cava, es un producto de gran versatilidad.
Fundamentalmente hay dos aspectos que deben tenerse en cuenta.
En primer lugar la cantidad de azúcar que contiene:
- Brut Nature hasta 3 g, sin ser añadido
- Extra Brut hasta 6 g de azúcar por litro
- Brut hasta 12 g de azúcar por litro
- Extra Seco entre 12 y 17 g por litro
- Seco entre 17 y 32 g por litro
- Semiseco entre 32 y 50 g por litro
- Dulce más de 50 g por litro
Destacamos que en el caso del Brut Nature y Extra Brut carecen de licor de expedición, solamente se les añade vino. La producción de ambos ha ido aumentando a lo largo de los últimos años. Por el contrario, se ha disminuido la del Semiseco y se ha cesado la producción del Dulce. El motivo del éxito de estas dos variedades se debe precisamente a esa carencia de azúcares añadidos que los convierten en cavas de gran calidad.
En segundo lugar podemos existe otra clasificación del cava muy utilizada según el tiempo de crianza. Se considera Joven cuando tiene de 9 a 15 meses. Pasados los 15 meses hasta los 30 el Reserva. Por último, el Gran Reserva es aquel cuyo tiempo de crianza es superior a los 30 meses.
Como decíamos al inicio de esta nota, el cava se trata de un vino espumoso de calidad que cuenta con una gran versatilidad. Su frescura, acidez y aportación carbónica casan con infinidad de platos, ya sea salado, amargo, ácido o dulce, es decir los cuatro sabores básicos.
Los sabores dulces combinan con la efervescencia del cava. El punto de acidez del carbónico aplaca la sensación de dulzura, y esta última a su vez compensa la acidez.
Los salados también maridan con el cava y su efecto refrescante del carbónico. Clara muestra de ello es una copa de cava Brut con una tapa de buen jamón serrano.
Como no podía ser de otra forma, los sabores ácidos también son favorecidos por el efecto carbónico, exceptuando el vinagre.
Por último la amargura, también casa con el característico efecto carbónico del cava y potenciando el punto amargo de ciertos alimentos como por ejemplo las endivias, espárragos o alcachofas.
En resumen, los platos grasosos y salados se pueden combinar con cava Brut Nature, Extra Brut y Cava Seco. Para platos ácidos y amargos es recomendable decantarse por el Brut y el Extra Seco. Y para postres o platos dulces un Cava Semiseco y Dulce.