A pesar de que existen diversos tipos de uva que pueden utilizarse para la elaboración del vino. La mayoría provienen de una misma especie. Se trata de la Vitis vinífera, madre de prácticamente todas las variedades de uva que existen. Así lo afirmaba el genetista Sean Myles en el prestigios diario The New York Times.
Esta variedad se empezó a “domesticar” aproximadamente hace unos 8000 años en las regiones que ahora ocupan Armenia, Irán y Georgia. A partir de ese momento esta variedad empezó a extenderse por todo el Mediterráneo, a través de fenicios, griegos y romanos. Otra teoría compatible con la anterior es que algunas poblaciones empezaron a domesticar la vid en sus regiones.
En cualquier caso Myles afirma que todas de las variedades tienen una estrecha relación genética, muy parecida a la de los padres con sus hijos. Todas ellas forman una gran familia. Por ejemplo la conocida uva Merlot, comparte un alto parentesco con la Cabernet Franc. Esta última concebió la Cabernet Sauvignon, con la inestimable ayuda de la Sauvignon Blanc, que es hija de la Traminer, que a su vez proviene de la Pinot Noir.
Desgranando así, un amplio y complejo árbol genealógico acabamos llegando a la madre de todas ellas, la llamada Vitis vinífera, de más de 8000 años de antigüedad.
“Se trata de la Vitis vinífera, madre de prácticamente todas las variedades de uva que existen”