¿Sabes de dónde viene el uso de los tapones de corcho para el vino?
En primer lugar, ¿sabes de dónde procede el corcho? Proviene de la corteza del alcornoque, un árbol de madera muy dura. La corteza se extrae cada 9 años, que es el tiempo que tarda en regenerarse, siendo la primera extracción a los 30 años de vida del árbol.
El corcho se comenzó a utilizar para cerrar de forma hermética las ánforas griegas y romanas, su principal característica es la flexibilidad y esto ayudaba a que el cierre fuera más seguro. Cuando se comenzó a utilizar toneles para el almacenamiento y el transporte, el corcho fue cada vez menos empleado, reemplazando por madera envuelta en telas, nada recomendable. El corcho fue cayendo en olvido hasta que el uso del vidrio se fue incrementando poco a poco, dejando en desuso las jarras y elementos de terracota. Pero no es hasta el siglo XVII cuando en Francia comienza realmente su uso como hoy día lo conocemos. Fue gracias al monje benedictino Pierre Pérignon, quien decidió utilizar el tapón de corcho en forma de cono para tapar las botellas de vino que se elaboraban en la Champaña. Con el perfeccionamiento de las botellas de vidrio, el uso de los tapones cada vez se hace más popular, incluso se patenta en Inglaterra en el siglo XIX una máquina para fabricarlos, pero hasta entonces en Francia se emplea el uso de tapones compuestos por dos elementos de corcho pegados entre sí de forma cilíndrica.
El corcho en principio se comenzó a utilizar por sus propiedades de impermeabilidad a los líquidos y elasticidad como comentábamos al principio, pero además de esto, el corcho deja pasar paulatinamente pequeñas cantidades de aire que permite a los vinos envejecer mejor desarrollando aromas más complejos.
Tras un poco de historia, vamos a enumerar los tipos de tapones de corcho que hay en el mercado.
Naturales: Este tipo de corcho es 100% natural, se elabora a partir de la segunda o tercera cosecha de la corteza del alcornoque. Cuando se extrae la madera, se deja secar y justo después se esteriliza para eliminar todo tipo de microorganismos. Este tipo de corcho se suele utilizar para vinos de larga guarda, su porosidad nos facilita la oxigenación natural para una buena evolución del vino.
Naturales Multipieza: Están fabricados a partir de dos o más mitades de corcho natural con una densidad más elevada. Se emplean de forma más habitual y para vinos que no necesitan tan larga guarda.
Naturales Colmatados: Posee poros naturales, rellenos con polvo de corcho y fijados mediante cola de resina y caucho natural, debe ser aprobada por la Organización Food And Drug Administration. El colmatado se hace para mejorar el aspecto del tapón y su funcionalidad. Hay tres tipos de colmatado, cada uno de ellos pensado para cada tipo de vino, crianza, guarda media y jóvenes.
Técnicos: Se fabrican a base de un cuerpo de corcho aglomerado y con discos de corcho natural en cada uno de sus extremos. Es un tapón muy resistente y aislante. Protegen de la oxigenación prematura y de aromas de reducción desagradables. Se emplean para vinos que serán consumidos en breve.
Aglomerados: Se fabrican a partir de restos de corcho natural mediante un proceso de moldeado aglutinado con resinas que permite compactar fácilmente el material. Su uso está muy extendido, sobre todo en los vinos más económicos y que se van a consumir en un periodo no superior a 12 meses desde su embotellado. Ayuda a reducir los costes del producto.
Procork: Al corcho natural 100% se le aplica una membrana de última generación elaborada con la mejor calidad en polímeros de alto peso molecular. Tiene su origen en Japón y EEUU. Es una membrana imperceptible de cinco capas en ambos extremos del tapón con la finalidad de eliminar el riesgo de contaminación del vino por TCA, prevenir la oxidación o reducción excesiva, controlar la microoxigenación y bloquear todos los sabores que un tapón de corcho puede transmitir por migración al vino.
Otros tapones:
Sintéticos: No son tapones de silicona sino que están fabricados con polímeros termoplásticos expandidos en caliente. Los primeros aparecen en los años 80. La ventaja es que son estériles y no pueden ser atacados por mohos, no se desmoronan y son aislantes, su inconveniente es que no son capaces de ofrecer la porosidad del corcho que favorece la evolución del vino a lo largo del tiempo, por eso son ideales para vinos jóvenes.
Vidrio: Cada vez hay más adeptos a este tipo de tapones porque son capaces de evitar cualquier posible contaminación y es por eso que es el material con el que se fabrican las botellas. No se deterioran con el tiempo y son estancos gracias a su junta y la cápsula. No requiere de ninguna herramienta para descorcharlo y además se puede volver a cerrar con el mismo tapón.
Rosca: O cápsula de rosca. Se comienzan a emplear en los años 50, nos valen para cerrar de nuevo la botella. Una cápsula externa de aluminio actúa de estructura de la tapa y sostiene una junta impermeable que actúa como aislante. Apenas se emplea en vinos, sólo en vinos jóvenes y con venta internacional.
Existen otros muchos, de chapa, de columpio o mecánico…
No nos podemos ir sin alguna recomendación para este número:
El Grifo Malvasía Volcánica: En esta ocasión el blanco es muy particular y exclusivo del lugar de donde proviene, Lanzarote. La Malvasía nos da muchas notas de frutas tropicales y flores blancas, todo un descubrimiento si aún no lo has probado.
Cava Marta Passió Brut Reserva: Un cava elaborado con variedades blancas y un pequeño porcentaje de Garnacha Tinta que le confiere el color y lo convierte en un cava muy redondo.
Novellum Crianza: Vino de la D.O Toro, potente, con muchas notas a tostados, fruta negra y con un final muy largo y aromático.
Espero que hayáis aprendido un poco más del loco mundo del vino.
Recordad beber con moderación, sólo para disfrutar y compartir.