El vino marida con muchas más cosas que comida. Queda bien con la familia, los amigos, los buenos ratos y, en el caso que os vamos a contar hoy, con la historia. Este año Vinalium hemos visitado las Jornadas Gastronómicas Cervantinas de Antequera con una propuesta de cata muy distinta a lo que estamos acostumbrados: Una Cata Quijotesca.
El febrero, para la ciudad de Antequera, siempre ha sido el mes de la ruta gastronómica. Esta ciudad, de la provincia de Málaga, en 2020 fue incluida en la Red de Ciudades Cervantinas y por eso, este año, ha sido especial, ya que la ruta gastronómica se ha centrado en Cervantes.
Dentro del programa que ideó el Ayuntamiento de Antequera nos propusieron hacer dos catas de vino “Quijotescas”. Estas catas no eran una cata de vinos normal, sino que tenían el añadido que eran catas teatralizadas.

Cata Quijotesca
La encargada, por parte de Vinalium, de dinamizar la actividad fue Carmen Aparicio, una auténtica Mojona (como se llamaban en aquella época los expertos en vino). Cervantes, cómo Carmen, era un Mojón reconocido en la época, un gran aficionado al vino que incluso elaboró algún vino en sus propios viñedos de Esquivias (Toledo).
Junto a un grupo de actores Carmen realizó la cata en la Iglesia de Santa Clara, convertida ahora en un centro cultural. La actividad se realizó con vinos escogidos por Carmen especialmente para la ocasión, después de un estudio de las obras de Cervantes.

Cata Quijotesca (Actores)
Los vinos escogidos para esta ocasión tan especial fueron:
Mirlo viognier (Cazalla de la Sierra)
Este blanco de la Sierra Norte de Sevilla viene de tradición vitivinícola que se remonta muy atrás. Los vinos de esta región durante los siglos XV, VI y XVII disfrutaban de una enorme fama, recogida en libros como “Rinconte y Cortadillo” de Miguel de Cervantes.
Modus Vivendi Mencía (Ribadavia)
Ribadavia (Ourense) es una de las zonas vinícolas que Cervantes nombraba en su literatura. El autor comparaba los vinos de esta zona con vinos italianos e incluso franceses, orígenes vinícolas muy respetados en la época.
Senda Las Moradas garnacha (San Martín de Valdeiglesias)
Durante el siglo de Oro en Madrid los vinos que se tomaban eran los que procedían de San Martín de Valdeiglesias. Este origen vinícola, aparte de ser ampliamente respetado en la época, también está muy presente en la obra literaria del autor.
50/50 Cabernet Sauvignon + tempranillo (Ciudad Real)
La propuesta final fue un guiño a ese lugar de La Mancha. Ciudad Real es una de las zonas más nombradas en la obra de Miguel de Cervantes y como no podía ser de otra manera debía aparecer en una cata Quijotesca.
El vino es diversión, es gastronomía, pero también es cultura. Catas como esta nos demuestran que el vino nos puede acercar más a nuestra cultura y crear un espacio de diversión y aprendizaje mientras se disfruta de un buen vino.
Las Jornadas Gastronómicas Cervantinas fueron un éxito y para Vinalium, poder crear una cata Quijotesca fue un auténtico reto y placer. Una manera de viajar en el tiempo y ver nuestro mundo de vinos desde una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados.