Para los amantes del vino, es difícil hablar de Argentina sin mencionar algo sobre sus reconocidos vinos. Argentina es el mayor productor de vinos de Sudamérica, sus variedades tienen reconocimiento mundial y su calidad ha tenido un crecimiento continuo, alcanzando récords históricos.
Un poco de historia
El vino más tradicional en Argentina es el tinto, el cual seduce paladares que van en busca de su buen cuerpo y astringencia. En la época de colonia española, más precisamente por el siglo XVI, se comenzaron a introducir las cepas de Europa en la región del Río de la Plata, aunque con el tiempo todas las regiones de Argentina intentaran crear sus viñedos.
El clima fue un factor que acababa favoreciendo más a unas regiones que a otras. La producción de vino en sus inicios era totalmente artesanal, y no fue hasta mediados del siglo XIX donde comenzó su expansión, provocada principalmente por la gran afluencia migratoria de italianos, españoles y franceses.
Malbec
Fue Domingo Faustino Sarmiento, gobernador de San Juan quien gestionó la introducción del primer vino Malbec, con uvas de cepas francesas, en colaboración con el agrónomo francés Aimé Pouget, quien se encontraba en Chile y cruzó la cordillera para replicar sus trabajos de cultivo en el valle de Uco en la Provincia de Mendoza con variedades de uvas como Cabernet, Cot (Malbec) y Merlot.
El especial microclima de Mendoza, a alturas de 1500 msnm, bajas temperaturas, días soleados y suelos pobres de humedad, resultaron ideales para la producción de vinos de alta calidad, convirtiendo la región en una de las más productivas de las regiones vitivinícolas del nuevo mundo.
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El Malbec, cepa originaria de Cahors en Francia y denominada allí como Cot, era una variedad que no se adaptaba muy bien a los suelos y climas del sudoeste Francés, que además era muy susceptible a enfermedades de la uvas como la Filoxera y heladas.
La uva Malbec encontró en los suelos mendocinos las condiciones ideales para su desarrollo, dando vinos extraordinarios y los vinos Malbec de Mendoza llegan a ser considerados como los mejores del mundo.
La uva Malbec presenta un color oscuro rojizo e intenso y sus vinos tienen un sabor intenso, cálido y afrutado, que siempre gusta y termina siendo un excelente vino para aquellos que cuentan con poca experiencia en vinos.
Chardonnay
Para continuar sacudiendo el paladar, del lado de las uvas blancas no se puede dejar de mencionar a la Chardonnay. Cepa francesa de la región de Borgoña, introducida en los valles de Mendoza, Argentina en la misma época.
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Sus vinos ofrecen cuerpo, textura y aromas. Gracias al clima de los valles mendocinos, la uva Chardonnay combina un estilo fresco con madurez aromática que los paladares exigentes tanto agradecen.
La mayoría de los vinos Chardonnay en Argentina recibe una crianza en roble dando lugar a vinos de carácter voluminoso, sofisticado y oleoso, logrando un resultado rico y seductor de bocas.
El clima frío y de altura de más de 1300 msnm de los viñedos del valle de Uco de Mendoza, busca un estilo fresco, ligero y moderno en sus sabores, ideal para cautivar los sentidos de los amantes del vino blanco.
